"Matías, hay pocos sacerdotes...", es lo que me dijo un día un sacerdote amigo, haciendo alusión, por supuesto, no a la poca presencia de ellos, sino, en verdad, a la poca existencia de verdadores ministros de Cristo, transmisores de la Verdad, mensajeros del bien y hacedores de la paz.
Pero, por esos justos hombres; justos, aunque pecadores; por esos ministros de la Vida; por esos "pocos sacerdotes", realizo mi acción de gracias a Cristo Jesús, porque por ellos vive Él en el mundo, Rey eterno, Eucaristía Santísima.
¡Que viva Cristo! ¡Que reine con soberanía absoluta nuestras vidas!
¡Que vivan los sacerdotes! ¡Que reine en sus vidas Cristo para nosotros!
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Matías.