viernes, 18 de septiembre de 2009

De los que dijeron sí: El jerónimo de toda América Latina

Por P. Martín Dolzani, ssp
Responsable de la Pastoral vocacional Sociedad de San Pablo

Durante este Año Sacerdotal, seguimos ofreciendo modelos sacerdotales en el ejercicio de su ministerio, más allá del de san Juan María Vianey, que señala Benedicto XVI en su carta convocatoria. En este mes de la Biblia, queremos homenajear a aquéllos que hicieron posible que la Palabra de Dios llegara a la gente. Agradecemos a quienes expresaron sus ecos, luego de la presentación de la semblanza del padre Bernardo Hurault.

Hoy le toca el turno al padre Juan Straubinger, biblista alemán, radicado, por varios años, en la Argentina. Posiblemente sea, para muchos, aún un desconocido. Él, con la ayuda del padre Juan Carlos Ruta, editó la llamada Biblia Platense, en la ciudad de La Plata (Buenos Aires).

La Biblia Platense se distingue por ser la primera traducción del Texto Sagrado a nuestro idioma, desde los textos originales, anteriores a la traducción al latín, elaborada por san Jerónimo. La primera edición, presentada en cuatro volúmenes, se destaca, además, por una buena interpretación práctica y exegética de los textos.

¿Quién fue el padre Juan Straubinger (1883-1956)?

Dios lo llamó a la vida en Esenhausen (Alemania), el 26 de diciembre de 1883. Fue ordenado sacerdote en el año 1907. Posteriormente, ejerció como profesor de hebreo, luego de obtener el doctorado en Lenguas Orientales e Historia Comparada de las Religiones. Además, estudió árabe. En su afán investigativo, y visitando Egipto, se encontró con el código Sirsin, la más antigua traducción de la Biblia, que, probablemente, dependa de un texto griego del siglo II, y el Manuscrito siríaco del siglo IV.

Una vez de regreso a su Alemania, comenzó a difundir la Biblia. El 22 de septiembre de 1933 fundó, en Stuttgar, el Movimiento bíblico popular católico, con el fin de propagar la Biblia en el pueblo cristiano y, a la vez, explicarles el contenido del Libro de los libros.

Sin embargo, un hecho marcó definitivamente su vida. En 1937, luego de redactar la respuesta de la Iglesia alemana a los ataques de los nazis, fue perseguido. Siendo notificado con tiempo, alcanzó a cruzar las fronteras y a refugiarse en Suiza. Acogido por la Iglesia de ese país, en 1938, aceptó la invitación de monseñor Enrique Mühn, por entonces obispo de San Salvador de Jujuy (Argentina), de integrarse en su diócesis.

Ya en el Norte argentino, y como párroco en la ciudad de San Pedro, captó el hecho de que la gente necesitaba conocer mejor la Palabra de Dios. En 1939, creó la Revista Bíblica. En 1940, fue invitado a dar clases de Sagrada Escritura en el Seminario Mayor de la Plata. Por ello, llegó a la Capital de la Provincia de Buenos Aires y permaneció allí hasta el año 1951.

Justamente en este contexto de estudios, inició la traducción de la Biblia, asistido por alguno de sus alumnos. En septiembre de 1944, publicó edición de los Evangelios, en ocasión del IV Congreso Eucarístico Nacional Argentino, con la bendición del cardenal Primado Santiago Copello. Esta edición de los Evangelios fue publicada en varias ediciones por Ediciones Paulinas (hoy SAN PABLO).

En 1948, finalizó la traducción de todo el Nuevo Testamento. Al concluir el Antiguo Testamento, nació la Biblia Platense, a cargo de la editorial Desclée de Brouwer (de Buenos Aires). La primera edición, en cuatro tomos, data del año 1951, la cual fue reeditada en diversos lugares de América. El 27 de diciembre de 2001, la Fundación Santa Ana la reeditó, con el nombre La Santa Biblia, en la Editorial y Talleres Gráficos de la Universidad Católica de La Plata.

Esta obra faraónica fue consumada “sin jornadas de descanso… (en) un modesto cuarto", recordaba el padre Juan Carlos Ruta, agregando que Straubinger “traducía directamente de los textos en idiomas antiguos, previos al latín… Él manejaba muy bien los textos poéticos, pero, en el resto, los textos de prosa extensos, me dio la libertad para que ajustara la traducción y, además, me dejó introducir algunas notas". El padre Straubinger finalmente regresó a Alemania, el 29 de noviembre de 1951. Por razones de salud, no pudo volver a la Argentina. Falleció en la ciudad de Stuttgart, el 23 de marzo de 1956.

Una laudable labor desarrollada por el padre Juan Straubinger, a tal punto, que la Universidad de Münster al entregarle el título de Doctor en Teología honoris causa, lo llamó el “Jerónimo de toda América Latina”. Otro sacerdote que, viniendo de tierras lejanas, y sin dominar bien nuestro idioma, hace que la Palabra de Dios llegue en forma comprensible a nuestros hogares. Así como el padre Bernardo Hurault, años después, el padre Juan nos ha dejado trazado, en la primera mitad del siglo pasado, un camino esencial de la renovación espiritual que pretende el Año Sacerdotal.

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Matías.