Sacerdote de Cristo,
infundiste vida plena en tus hijos tan amados,
apaciguaste las ovejas del rebaño del Señor,
fuiste Él mismo cada día y para siempre,
eternamente la unción en tu interior.
Glorifica hijo suyo la misericordia de tu Padre,
alábalo eternamente con cantos jubilosos.
Canten todos la alegría de la Vida.
Vivan siendo uno,
como Dios mismo en su Esencia Trina.
Amén.
Matías Néstor Macagno
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